
18 Feb LA LEY DE LA ATRACCIÓN
He querido en esta entrada hablar sobre la Ley de la Atracción según el enfoque y desarrollo dado por Abraham Hicks ya que bajo mi humilde punto de vista creo que es la mejor exposición que se puede hacer sobre esta ley universal, y que nos ayuda enormemente a comprender su funcionamiento y a como alinearnos con ella para que actúe en nuestro beneficio.
Tal como se nos dice, esta es la ley más poderosa del Universo y es necesario entenderla bien para que todo aquello que podamos experimentar en primera persona o que veamos que les ocurre a otras personas, pueda tener sentido.
La Ley de la Atracción influye en todos los seres humanos y es la base de todo lo que se manifiesta en nuestras vidas. Es fundamental que seamos conscientes de ella y comprender como funciona para poder vivir con un propósito y mediante su comprensión podamos atraer la felicidad a nuestras vidas que es para lo que nos encontramos en este mundo.
Lo que la Ley de la Atracción postula es que todo objeto atrae sin excepción a aquello que se asemeja a sí mismo.
Esta Ley responde a los pensamientos que tenemos y cuando comenzamos a comprenderla se reconoce la exacta correlación entre lo que se ha pensado y lo que se ha manifestado en nuestra vida. No hay nada que aparezca en nuestra vida por casualidad, atraemos todo sin excepción alguna.
Dado que La Ley de la Atracción responde a los pensamientos que tenemos, podríamos decir que estamos creando la realidad que vivimos.
Cualquier cosa que podamos experimentar lo atraemos nosotros por medio de los pensamientos que hemos proyectado.
Muchas veces cuando cualquiera nos encontramos en una situación que no deseamos, estamos muy seguros de que no hemos sido nosotros quienes la hemos creado, y hay que decir que por supuesto no la hemos creado deliberadamente pero sí que hemos sido nosotros aun no dándonos cuenta de ello. Nadie tiene poder para atraer a nuestra vida lo que llega salvo nosotros mismos.
Cuando ponemos atención en algo que no deseamos, hemos creado eso por defecto y lo atraemos. Esto ocurre porque no se entiende esta Ley y su funcionamiento e invitamos cosas indeseadas a nuestra experiencia por haber puesto foco en ellas.
CUANDO PENSAMOS EN ALGO LO INVITAMOS A NUESTRA EXPERIENCIA
Tanto si lo deseamos como si no, obtenemos aquello en lo que pensamos y por lo tanto cuanto más entendamos el poder que tiene La Ley de la Atracción, más interés tendremos en dirigir de forma deliberada nuestros pensamientos y así obtener solo lo que deseemos realmente.
Según piensas algo en lo que deseas, por medio de La Ley de la Atracción, ese pensamiento se va haciendo más grande y más fuerte. De igual manera cuando tu pensamiento es de algo que no deseas también se amplifica y se hace mayor por la misma razón. Por lo tanto cuanto más se amplifique ese pensamiento sea de lo que desees o de lo que no, la fuerza de atracción será mayor y será mucho más seguro de que recibas esa experiencia.
Cuando hay algo que quieres experimentar o tener y piensas en ello con atención y sentimiento lo estás invitando a tu experiencia. Pero cuando hay algo que no quieres experimentar o que te pase y también pones tu atención y sentimiento en ello, también lo atraes e igualmente lo invitas a tu experiencia.
Este Universo está basado en la atracción y no existe la exclusión. Atraes aquello en lo que pones atención y sentimiento con independencia de que sea algo que desees o que no desees.
Afortunadamente, según nos dice Abraham, en esta realidad física de tiempo espacio en la que vive el ser humano las cosas no se manifiestan y son atraídas por nosotros al instante, sino que hay una llamada memoria temporal que tiene lugar desde que empiezas a pensar en algo y en el momento de su manifestación.
Gracias a esa memoria temporal y de que nada se manifiesta de forma inmediata, tienes la oportunidad de redirigir tu pensamiento hacia lo que sí que quieras atraer y no de pensar en lo que no quieres que llegue a tu experiencia. Esto es fundamental tenerlo en cuenta porque siempre tendremos un tiempo para cambiar nuestro pensamiento a algo bueno enfocándonos en él y echar fuera o cancelar el pensamiento de algo que no deseemos.
Entiendas o no entiendas el funcionamiento de estas Leyes te afectan de igual manera y los efectos de las mismas se evidenciarán en todos los aspectos de tu vida.
En el momento en el que empieces a dirigir de forma deliberada tus pensamientos y te enfoques en las cosas que quieres atraer a tu experiencia, podrás recibir la experiencia de la vida que deseas en todos los aspectos.
Para lo que estamos aquí es para crear el mundo que hemos elegido, pero a la vez tenemos que permitir que el mundo exista tal como otros eligen que debe ser. Las elecciones que hagan otros nunca van a obstaculizar las tuyas pero tu atención a lo que otros elijan sí que afecta a tu vibración, y por lo tanto a tu punto de atracción.
EL PODER MAGNÉTICO DE LOS PENSAMIENTOS
El poder magnético que ejerce la Ley de la Atracción atrae otros pensamientos que tienen una afinidad vibratoria. La atención que pones en ciertos temas hace que se produzca una activación de los pensamientos relacionados con ellos y la Ley de la Atracción se ocupa de que lleguen a tu experiencia personas, acontecimientos y circunstancias como respuesta a lo que has pensado.
Siempre se obtiene la esencia de lo que se piensa, tanto si se desea como si no.
El comprender el funcionamiento de La Ley de la Atracción y el reconocimiento de la correlación que existe entre lo que has estado pensando y sintiendo, y lo que se manifiesta en tu experiencia hará que se tenga más conciencia sobre los pensamientos que tengamos con el fin de no atraer aquello que no deseemos.
Una vez que notemos el efecto que produce la Ley de la Atracción sobre nuestros pensamientos, los cuales pueden empezar siendo casi imperceptibles y que van adquiriendo más y más fuerza según les prestamos atención, querremos empezar a dirigir nuestra atención a aquello que deseemos experimentar.
Cuanto más nos enfocamos en algo, más fuerza adquiere; y cuanto más fuerte sea nuestro punto de atracción al respecto, aparecerán más pruebas en nuestra experiencia de vida.
COMO NUESTRO SER INTERIOR SE COMUNICA A TRAVÉS DE LA EMOCIÓN
Somos mucho más de lo que vemos en nuestro cuerpo físico ya que también existimos simultáneamente en otra dimensión. Existe una parte no física de nosotros que llamamos el Ser Interior, y que existe en este preciso momento mientras estamos en nuestro cuerpo físico.
Las emociones que tenemos son el indicador físico de la relación que tenemos con nuestro Ser Interior. Mientras centramos la atención en un objeto y tenemos una visión y opinión específica del mismo, nuestro Ser Interior también está enfocado en ello y tiene su propia visión y opinión, y las emociones que sentimos son las que nos indican nuestro acuerdo o desacuerdo con esas opiniones.
Cuando nos sentimos mal o tenemos una emoción negativa de algo, estamos en desacuerdo con la opinión de nuestro Ser Interior porque él siempre tiene una opinión positiva de nosotros mismos. Pero cuando nos sentimos bien, estamos alineados y de acuerdo totalmente con nuestro Ser Interior, ya que como hemos dicho él siempre nos ofrece una perspectiva positiva de nosotros, y cuando esa perspectiva coincide con lo que sentimos se produce la atracción positiva. Es decir, cuanto mejor nos sintamos, mejor es nuestro punto de atracción y mejor nos salen las cosas.
Debido a que la Ley de la Atracción siempre responde y actúa a cualquier vibración que emitimos, es muy útil entender que nuestras emociones son las que nos indican si estamos en el proceso de crear algo que deseamos o que no deseamos.
PERO CONTROLAR NUESTROS PENSAMIENTO ES MUY DIFÍCIL
Cuando decidimos alinearnos con La ley de la Atracción para nuestro beneficio, tenemos que controlar nuestros pensamientos y poner atención solo en los buenos y positivos con el fin de atraer solo lo que sí queremos y no lo que no queremos. El problema es que tenemos tantos miles de pensamientos al cabo del día que controlarlos todos es muy difícil, por lo que lo mejor que se puede hacer es en lugar de tratar de controlar los pensamientos debemos de poner atención a cómo nos sentimos.
Si elegimos un pensamiento que no está en armonía con nuestro Ser Interior, no nos sentiremos bien y podremos redirigir fácilmente nuestro pensamiento hacia algo que nos haga sentirnos mejor y que nos sea beneficioso.
Cuando pensamos en dirección hacia algo que deseamos, sentimos una emoción positiva. Cuando pensamos en dirección hacia algo que no deseamos, sentimos una emoción negativa.
De esta forma, solo prestando atención a cómo nos sentimos, sabremos en todo momento lo que estamos atrayendo hacia nosotros.